y en sus ojos refleja un hilillo de luz
su vestido bordado de noche
el cigarro encendido en un beso carnal
una copa de vino
una lágrima rota que rueda al final.
Azul... azul
una música lenta y azul
recargada en la tibia quimera
despidiendo un anhelo que va en autobús
un rasguño en la media
navegando la espera
la viuda del blues.
Azul... azul
y una voz que entristece al cantar
reteniendo en su lecho las sombras
esas sombras que besan y luego se van
una fotografía
una línea en la mano
que quiere borrar.
Real de Catorce
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